Milman again

El diputado opositor Gerardo "Jerry" Milman, que colaboró el mes pasado en el fracaso opositor para lograr quórum y aprobar una iniciativa de su autoría sobre salideras bancarias, presentó un proyecto de ley para prorrogar las sesiones ordinarias hasta fines de febrero. De resultar aprobada la iniciativa, es de esperar que "Jerry" comience a predicar con el ejemplo (no como hasta ahora) y no se vaya de vacaciones ni se ausente de Buenos Aires durante diciembre, enero y febrero. Es deseable que, miércoles tras miércoles, con la ciudad vacía y el Congreso desierto, soportando 34 grados de sensación térmica, esté sentadito en su banca, con los rulos armados, cumpliendo al pie de la letra su ridículo proyecto de ley. De más está decir que su jefa, Margarita Stolbizer, quien gusta de viajar por África y Europa (actualmente en Estambul (?) por lo que no será censada) debería acompañarlo estoica. Por algo es su referente, ¿o no?

Matemática a marzo

Luego de que el oficialismo consiguiera 78 firmas para el dictamen del proyecto que busca declarar de interés público el papel de los diarios, Patricia Bullrich hacía la cuenta con los dedos. "No tienen las firmas! A mí no me da ese número de 78!". Rodeada por otros diputados de la oposición, la legisladora de la Coalición Cívica sacaba sus números: "Yo cuento 62 firmas, nada más, no llegan". Por unos minutos, insistió con su cifra, hasta que alguien le preguntó: "¿Estás contando a los oficialistas de la comisión de Comunicaciones?". Upsss. No.
Cerca de Bullrich, Felipe Solá reflexionó: "Somos como los equipos, a veces ganamos, a veces perdemos. Bue, siempre perdemos".

Lo peor de tu vida. Olvidate.

No hay nada más desgraciado que alguien que se hace el gracioso todo el tiempo y que nunca hace reír a nadie. Es el caso de Eric Calcagno y Maillman, senador del Frente para la Victoria. Volvió a interpretar el papel de bufón triste y aburrido en la sesión de hoy. Para enfatizar que el proyecto del 82% móvil era inviable, les explicó a los opositores que se los decía “de onda”. La expresión provocó la reacción de Liliana Negre de Alonso, que, en una de sus sobreactuaciones, dijo que se sentía ofendida. “Decir algo ‘de onda’ es sinónimo de buena voluntad, en término de los tiempos que se viven”, le aclaró Calcagno. El senador pretendía continuar el diálogo, pero lo cortó en seco José Pampuro, que presidía la sesión. “¡Ya está! ¡Ya está!”, le dijo, en el mismo tono que se reta a un perro y le dio la palabra a otro senador.