miércoles, 8 de septiembre de 2010

¿Autorreferencial yo?

Juliana Di Tullio, una diputada que carece de remeras de cuello redondo, ratificó durante el debate por la ley de infanticidio lo importante que es SU opinión. Para ELLA, claro. Con gesto de mujer fatal y, a la vez, comprometida con la realidad, dijo:

"YO hago MIAS las palabras de Diana Conti. También YO hago MIAS las palabras de Ricardo Gil Lavedra y también hago MIAS las palabras del diputado Barrandeguy sobre Infanticidio. También es una opinión MIA PERSONAL ABSOLUTA de agradecerle a Pino Solanas por adelantar el tratamiento de esta ley. YO adhiero absolutamente al dictamen de mayoría, porque YO lo digo convencida, que vamos a avanzar en esta cuestión. YO no quisiera extenderme mucho, por eso, presidente, le adelanto MI voto positivo, PERSONAL MIO".

Sandra Mendoza, una señora que se vería en serias dificultades para dibujar una línea de puntos o para separar los pares de los impares, no se quedó atrás y recordó sus logros como funcionaria del gobierno provincial de su esposo, el "Coqui" Capitanich:

"Chaco es una provincia muy pobre, pero el sistema sanitario que hay LO INVENTE YO."

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Una estrella de la pantalla chica

La oposición en la Cámara de Diputados volvió a demostrar un grado de inocencia sólo aceptable en un niño de 7 años o en personas con problemas mentales que se babean al hablar. Uno de los diputados que contribuyó con su ausencia a la falta de quórum fue Gerardo Milman, alias "Jerry", autor de un proyecto contra la inseguridad que iba a tratarse en la sesión. El diputado fue uno de los primeros en llegar a la Cámara, pero a la hora del debate estaba ocupado en otros asuntos: mientras la sesión naufragaba, él se acomodaba los rulos y hablaba con la cámaras de TN y C5N, en el salón de los Pasos Perdidos, a escasos metros de su banca vacía.
En medio de ese festín televisivo, "Jerry" sacó pecho y comentó orgulloso su proyecto contra las salideras bancarias, hasta que le preguntaron sobre la posibilidad de desarrollar una nueva reunión de labor parlamentaria en horas de la tarde. Ahí, Milman clavó la mirada en la cámara y, conocedor de la tiranía del minuto a minuto, remató: "No quiero aburrir a la audiencia".